miércoles, 13 de abril de 2011

LEYENDA DE OROCHI

Cientos de años atrás, en Japón se creía que los dioses, las bestias y los humanos solían vivir juntos compartiendo la tierra. Los humanos rendían sacrificios a los dioses como gratitud por los poderes sobrenaturales que usaban para ayudarlos, los monstruos y las bestias rara vez molestaban a los humanos. Pero el balance entre humanos, dioses y bestias se perturbo cuando Izanagi, el primer rey de los dioses (su equivalente en la mitología griega seria Urano) fue a la guerra en contra de su esposa Izanami (Gaia, la madre tierra para los antiguos griegos). La guerra trajo como consecuencia el nacimiento de seres malvados, los Oni (Ogros) usados como soldados y los dragones quienes surgían de las plantas que se alimentaban de la sangre derramada de los dioses.
  Por supuesto no todos estos nuevos seres eran malvados, pero el mal surgió en los corazones de muchos dioses durante la guerra ya que estaban expuestos a las llamas de los infiernos. Así fue como los dragones nacidos de esa sangre fueron malvados también. "Yamata no Orochi" o el "Dragón de las Ocho Cabezas" fue una de las malvadas criaturas nacidas de la sangre de las divinidades en conflicto.
  La tierra de Izumo (lo que es ahora la prefectura de Shimane) fue bendecida con la presencia de una hermosa princesa conocida como Kushinada. Orochi invadió Izumo con su presencia poco después de que Kushinada cumplió 16 años y demando el sacrificio de ocho doncellas cada luna llena para apaciguar su apetito. Si el sacrificio no se rendía, los habitantes verían sus tierras destruidas. Los años pasaron y mas y mas doncellas eran sacrificadas, hasta que al final solo quedo la princesa Kushinada.
  El dios Susano-o visitaba esas tierras por aquel entonces y quedo perdidamente enamorado de la princesa al espiarla por una ventana. Prometio al rey de Izumo que él destruiría a Orochi con la condición de tomar a la princesa como esposa.
  Se le presentaron ocho copas de vino a Orochi en la noche del sacrificio de la princesa Kushinada. El sirviente que le llevo el vino insistió en que debían entretenerse con el alcohol antes de disfrutar la tan esperada comida. Orochi acepto y bebió con sus ocho cabezas de las respectivas copas. No esperaron mucho antes de oír los fuertes ronquidos causados por la borrachera de Orochi.
  Fue entonces que el sirviente se quitó su disfraz y revelo su verdadera identidad, el dios del trueno, Susano-o. Le corto las cabezas a Orochi, de su ombligo saco el sagrado medallón de la vida, la Magatama y las lagrimas de la ultima cabeza en morir fueron transformadas en un espejo.
  A cambio de la mano de la princesa Kushinada, Susano-o dejó su espada, la cual mas tarde se conocería como Asesina de Dragones (Dragon Slayer) o "Kusanagi Sword", el medallón Magatama y el espejo, el cual mas tarde fue entregado a Yata, la hermana menor de Kushinada.
  Estos objetos son conocidos como "Los tres tesoros sagrados del Japón" y se dice que son preservados en el Palacio Imperial en Tokio.

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