martes, 12 de abril de 2011

LEYENDA DE LAS MIL GRULLAS DE PAPEL

Esta no es una historia insólita ni una leyenda urbana...está basado en una simple y linda leyenda japonesa...una que dice que si alguien puede plegar Mil grullas, puede con ellas pedir un deseo y éste se cumplirá.
Naomi y Toshiro creían que le mundo era nuevo. Y que ellos también eran nuevos en el mundo. Pero el mundo era viejo, en el año 1945 y otra vez estaba en guerra. Ellos no entendían muy bien lo que estaba pasando.
Naomi... Poblaba el corazón de Toshiro. Se le anudaba en los sueños con sus largas trenzas negras. Le hacía tener ganas de crecer de golpe para poder casarse con ella. Pero ese futuro quedaba tan lejos aún.
Era el primero de agosto y naomi se despertó inquieta; acababa de soñar que caminaba sobre la nieve. Sola y descalza. Ni casas ni árboles a su alrededor. Un desierto helado y ella atravesándolo.
6 de la mañana del día 8 de agosto. Naomi recuerda a su amigo y se pregunta ¿qué estará haciendo ahora toshiro?
Mientras toshiro piensa ¿qué estará haciendo naomi?.
En el mismo momento, un avión enemigo sobrevuela el cielo de Hiroshima. En el avión, hombres blancos que pulsan botones y la bomba atómica surca por primera vez un cielo. El cielo de Hiroshima.
Un extraño resplandor…y gente que piensa en el mañana por última vez.
Naomi sale para hacer unos mandados. Silenciosa explota la bomba.
Recién en diciembre logró toshiro averiguar donde estaba Naomi. ¡Y que aún estaba viva, Dios!
Ella y su familia habían sido internados en un hospital de una localidad próxima a Hiroshima, como tantos que sobrevivieron al horror, aunque el horror estaba instalado en ellos, en su sangre.
Hacia ese hospital se dirigió Toshiro una mañana. Naomi estaba en una cama junto a la ventana. Sobre su mesa de luz…unas cuantas grullas de papel desparramadas.-Nunca completaré las 1.000 grullas que hacen falta-
Con el corazón encogido toshiro las contó…solo habían veinte. Las juntó cuidadosamente antes de guardarlas en su bolsillo. Te vas a curar naomi, le dijo a su amiga, pero ella no le oía ya, estaba dormida. El muchacho salió del hospital, con la cara llena de lágrimas.
Llegó a su casa, y buscó todos los papeles que tuviera, hojas de diario, pedazos de papel para envolver, cuadernos viejos y hasta algunos libros. Esperó a que todos se durmieran, sacó los papeles, una tijera y recortó primero novecientos ochenta cuadraditos y luego los plegó, uno por uno hasta completar las mil grullas que ansiaba Naomi. Ya amanecía y el muchacho seguía pasando hilos a través de las siluetas de papel.
Con los dedos tullidos y el corazón temblando, toshiro colocó las grullas dentro de su bolso y partió rumbo al hospital. No había tiempo que perder, la vida de naomi dependía de esas grullas.
Prohibidas las visitas a esta hora- le dijo una enfermera
Solo quiero colgar estas grullas sobre su lecho, por favor
-solo 5 minutos-
Naomi dormia…Tratando de no hacer ni el mínimo ruido, toshiro puso una silla sobre la mesa de luz y luego las colgó en el techo. Fue al bajarse de su improvisada escalera cuando advirtió que Naomi lo estaba observando.
-Son hermosas toshiro…gracias
-Hay un millar. Son tuyas, Naomi, tuyas….
El muchacho abandonó la sala sin darse vueltas…no quería que su amiga lo viera llorar.
Las mil grullas empezaron a balancearse impulsadas por el viento. Los ojos de Naomi sonreían.
La niña murió al día siguiente. ¿Cómo podían esas mil frágiles avecitas de papel vencer el horror instalado en su sangre?.
Febrero de 1976…Thosiro Ueda cumplió cuarenta y dos años y vive en Inglaterra. Se casó, tiene tres hijos y es gerente de sucursal de un banco establecido en Londres.
Ninguno de sus empleados se atreve a preguntarle por qué, entre el aluvión de papeles con importantes informes y mensajes telegráficos, siempre se encuentran unas grullas de origami, …Ellos comentan divertidos que el gerente debe creer en aquella leyenda japonesa. Algún día completará las mil….dicen entre risas…
Ninguno sospecha siquiera la entrañable relación que esas grullas tienen con la perdida Hiroshima de sus niñez. Con su perdido amor....

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