domingo, 7 de septiembre de 2014

LEYENDA NEMURINEKO



Hace mucho, mucho tiempo, viajaba un escultor llamado Sakichi.

Sakichi quería hospedarse en un hotel pero no tenía dinero, entonces se dirigió al hotelero y le dijo: " Yo no tengo dinero pero en su lugar le puedo hacer una escultura."

El hotelero le permitó quedarse y Sakichi así lo hizo.

Al día siguiente Sakichi le entregó una escultura de un dios.

El hotelero exclamó: "¡Esta es una escultura magnífica!"

Por ese entonces se estaba construyendo en "Nikkotoushougu" en donde se encontraba un escultor muy famoso.

El escultor se llamaba Jingoro Hidari.

El hotelero presentó a Sakichi ante Jingoro para que trabaje con él.

Sakichi estaba muy contento y pensó: "Voy a trabajar con mucho ahínco."

Jingoro se dirigió a Sakichi: "Voy a cincelar un dragón y tú cincela un gato en la puerta."

Todos trabajaron muy arduamente y la noche en que acabaron con las obras en Nikkoutoushougu hicieron una fiesta.

Todos estaban muy contentos y cantaron, danzaron y tomaron.

Esa noche todos estaban muy cansados y se durmieron sin comer la rica comida que había.

A la mañana siguiente se sorprendieron mucho al ver que alguien se había comido todo sin dejar ni una pizca.

"¿Tú comiste?"

"¡Yo no!"

Jingoro y Sakichi se miraron el uno al otro y se dirigieron con paso rápido a la puerta.

En ese lugar estaba el gato que Sakichi había cincelado y unas comidas alrededor de él.

Jingoro transformó al gato en un gato durmiendo y le dijo a Sakichi: "Este gato es magnífico. Probablemente su alma entró y salió por aquí. Pero ya no hay peligro."

Este gato se llama "Nemurineko" y todavía está durmiendo en Nikkotoushougu.

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