sábado, 4 de febrero de 2012

LEYENDA DEL REGALO QUE NO SE VE

Hace tiempo un hombre castigó a su hija de tres años por desperdiciar un rollo de papel dorado para envolver regalos. El dinero venía escaso en esos días, por eso explotó de furia cuando vio a la pequeña tratando de envolver una caja.
A la mañana siguiente, la niña regaló a su padre la cajita envuelta y le dije: "Esto es para ti, papi". Él se sintió avergonzado, pero cuando abrió el paquete y lo encontró vacío, gritó con ira: "¿Acaso no sabes que cuando se hace un regalo se supone que debe haber algo dentro?".
La pequeña miró hacia arriba y, con lágrimas en los ojos, dijo: "¡Pero, papá, no está vacía! ¡Yo metí besos para ti!.
El padre se sintió muy mal, la abrazó y le suplicó que le perdonara.
Dicen que el hombre guardó ese regalo dorado cerca de su cama durante mucho años, y que siempre que se derrumbaba tomaba de ella un beso y recordaba el amor que su hija había depositado dentro.