domingo, 21 de noviembre de 2010

LEYENDA DEL ATRAPASUEÑOS

Hace mucho tiempo cuando el mundo era joven, un viejo líder espiritual Lakota estaba en una montaña alta y tuvo una visión. En esta visión Iktomi, el gran maestro bromista de la sabiduría apareció en la forma de una araña. Iktomi le hablo en un lenguaje sagrado, que solo los líderes espirituales de los Lakotas podían entender.
Mientras le hablaba Iktomi, la araña tomo un aro de sauce, el de mayor edad, también tenia plumas, pelo de caballo, cuentas y ofrendas y empezó a tejer una telaraña.
Él habla con el anciano acerca de los círculos de la vida, de como empezamos la vida como bebes y crecemos a la niñez y después a la edad adulta, finalmente nosotros vamos a la ancianidad, donde nosotros debemos ser cuidadosos como cuando éramos bebes completando el circulo.
Pero Iktomi dijo mientras continuaba tejiendo su red, en cada tiempo de la vida hay muchas fuerzas, algunas buenas otras malas, si te encuentras en las buenas fuerzas ellas te guiaran en la dirección correcta. Pero si tu escuchas a las fuerzas malas, ellas te lastimaran y te guiaran en la dirección equivocada.
El continuo, ahí hay muchas fuerzas y diferentes direcciones y pueden ayudar a interferir con la armonía de la naturaleza.

También con el gran espíritu y sus maravillosas enseñanzas.
Mientras la araña hablaba continuaba entretejiendo su telaraña, empezando de afuera y trabajando hacia el centro.
Cuando Iktomi termino de hablar, le dio al anciano Lakota, la red y le dijo: ve la telaraña es un circulo perfecto, pero en el centro hay un agujero, usa la telaraña para ayudarte a ti mismo y a tu gente, para alcanzar tus metas y hacer buen uso de las ideas de la gente, sueños y visiones.

Si tu crees en el gran espíritu, la telaraña atrapara tus buenas ideas y las malas se irán por el agujero.

El anciano Lakota, le paso su visión a su gente y ahora los indios Siux usan el atrapasueños como la red de su vida.

Este se cuelga arriba de sus camas, en su casa para escudriñar sus sueños y visiones.
Lo bueno de sus sueños es capturado en la telaraña de vida y enviado con ellos, lo malo de sus sueños escapa a través del agujero en el centro de la red y no será más parte de ellos.

Ellos creen que el atrapasueños sostiene el destino de su futuro.

sábado, 20 de noviembre de 2010

LEYENDA DEL ARCOIRIS

A orillas del río orinoco,
vivían hace mucho tiempo
siete hermosas mariposas bailarinas,
que bailaban y bailaban
en los pétalos de los lirios
y de las amapolas de la pradera.

Cada una de ellas tenía su color:
Blanco, Azul, Rojo, Verde, Amarillo, Violeta y Añil.
Por las tardes se suspendían en una flor
o en una hoja y se entregaban al sueño.

Un día en que las siete hermosas mariposas
bailaban y bailaban.
La Amarilla al saltar a una rama,
se hirió una de sus alas y comenzó a agonizar.
Sus amigas la rodearon
y al ver que iba a morir se preguntaron:

¿Qué sacrificio podríamos hacer nosotras
para estar siempre con nuestra amiga?
Al momento se escuchó una voz que les dijo:
¿Están dispuestas a hacer un sacrificio,
aún el de la muerte, por estar siempre con su amiga?

Si, respondieron todas.
Automáticamente se oscureció el cielo.
Un rayo penetró en el corazón de la pradera.
La pradera se estremeció y lanzó un grito
que fue a perderse en la inmensidad del universo.

Vino la lluvia y un remolino de viento
arrastró a las siete mariposas.
Una hora después brilló el sol
y en el cielo apareció el Arco Iris
con sus siete colores
y en ellos las almas de las siete hermosas mariposas.

LEYENDA DE LA INQUIETANTE CALAVERA

Cuentan que hubo una vez un hombre, dueño de una granja en Irlanda, que un día discutió fuertemente con su hijo único. Tras la discusión nunca más volvieron a hablarse, y, al poco tiempo, el joven murió repentinamente. Tal era el odio que el padre aún albergaba en su corazón que no se presentó en el funeral de su propio hijo, ni acudió al cementerio cuando lo enterraron. Pasó el tiempo. El granjero se convirtió en un hombre taciturno y poco sociable. Aún así, cumplía con las obligaciones ciudadanas y cuando murió un vecino fue al entierro. Al término de la ceremonia, el granjero se quedó un rato en el cementerio. Paseando por entre las tumbas, encontró una calavera. Por aquellos tiempos, los sucesos sobrenaturales estaban a la orden del día, y así sucedió que la calavera, con un crujido inquietante, movió las mandíbulas para hablar:
-Mañana –le dijo- pasaré la noche en tu casa, con la condición de que vuelvas tú más adelante a hacerme compañía en el cementerio. El granjero, convencido de hallarse ante alguna señal del otro mundo, no dudó en aceptar.
Además, decidió buscar un testigo e invitó al cura a visitarle la siguiente tarde. Cuando estaban cenando, se oyeron unos golpes secos en la puerta.Aunque nadie abrió, una calavera apareció de repente encima de la mesa. Ante la estupefacción de los dos comensales, el esqueleto dio buena cuenta de las viandas, y desapareció.
A la noche siguiente, el granjero se armó de valor para cumplir con su parte del trato, aunque esta vez no obtuvo compañía.Se introdujo en el cementerio y buscó la calavera entre las tumbas donde la había encontrado la primera vez, sin suerte.Al lado de la iglesia, había una escalera con tres peldaños, junto a un prado.
El granjero los bajó, y se encontró de repente ante una escena surgida de la niebla en la que vio hombres enzarzados en una sangrienta pelea, con palas de madera y guadañas.Al verle, los contendientes se dirigieron a él preguntándole:
-¿Acaso buscas una calavera descarnada? Mira a ver en este campo de al lado, buen hombre.
Asustado por el tono de voz de ultratumba que proferían aquellos hombres, el granjero pasó corriendo al campo de al lado, para encontrarse en medio de una refriega salvaje entre hombres y mujeres.
También entonces detuvieron su pelea, para decirle:
-¿Buscas un cráneo blanqueado? Se acaba de ir al campo de aquí al lado.
Lleno de miedo, huyó el granjero y llegó ante una casa que parecía haber aparecido por arte de magia.Sin pensarlo dos veces, penetró en su interior.Nada más entrar un fuego ardió en la chimenea, y junto al hogar vio una dama y una criada.
La primera, desconsolada y aterida de frío, caminaba de un lado para otro, intentando acercarse al fuego, pero la criada la apartaba a empujones. Al verlo, le miraron con unas vacías cuencas de ojos y le dijeron:
-Si buscas la calvera, la encontrarás en la habitación de al lado.
Allí corrió a refugiarse el pobre granjero. Por fin, vio sobre el suelo, en un rincón, cubierta de polvo blanco, a la calavera deslucida.Pero no estaba sola, tres figuras se hallaban tras ella, como sombras de raídos ropajes negros, tres mujeres desgreñadas, pálidas y frías. Con una voz que parecía un eco, la calavera orden
-¡Mujer!¡Dale de cenar a nuestro invitado!
Con una actitud más propia de zombie que de viviente, la mujer se adelantó tambaleándose para poner sobre la mesa un poco de pan negro y una sucia jarra con agua. El hombre, no se atrevió a probar aquello.
Entonces la voz de la calavera sonó de nuevo desde el oscuro rincón:
-¡Mujer! ¡Da la cena a nuestro invitado!
Una segunda mujer arrastró los pies hasta la mesa, en la que colocó aún menos cantidad y peor comida y bebida. La voz de la calavera tronó entonces:
-¡Mujer!¡La cena para el invitado!
Y un tercer guiñapo humanoide se apresuró hacia la mesa, pero está vez de sus manos surgieron manjares y bebidas apetitosas, y el hombre, por fín, comió y bebió hasta hartarse.Luego descubrió que la calavera se hallaba ante él, sobre la mesa, y una luz parecía brillar en los cuévanos:
-Voy a explicarte cuánto has contemplado, hombre, pues tu valor y arrojo lo merecen.
Fueron los hombres contendientes en vida vecinos que luchaban entre sí por tierras que tenían unas junto a otras, y movían las estacas, y cambiaban las margenes, y ahora tienen que luchar entre sí por siempre.Los hombres y mujeres enzarzados en cruel pelea fueron parejas casadas en vida que solían enfrentarse en sus casas, y ahora así seguirán por toda la eternidad.La señora que viste aquí al lado, muerta de frío, fue en vida cruel con su criada, y ahora sufre la venganza hasta el Día del Juicio.
Y las tres mujeres oscuras, esas eran mis esposas.La primera siempre me trató mal, la segunda peor, y la tercera me cuidó bien, y así he querido que siga siendo.En cuanto a tí, desgraciado, viniste a mí por no asistir al funeral de tu hijo, y sí fuiste sin embargo al de un extraño. Dime, ¿Cuánto tiempo crees que ha pasado desde que saliste de tu casa?
-En la tarde de ayer salí a buscarte, calavera- respondió titubeante el granjero.
-Aquí llevas setencientos años- sentenció la voz del cráneo-.
Una oportunidad te queda, vuelve al cementerio, busca la tumba de tu hijo, póstrate ante él, y arrepiéntete, quizá aún puedas obtener el perdón.Volvió el hombre a hacer el camino de vuelta, recorriendo tierras que le parecieron extrañas, hasta llegar al viejo cementerio.Encontró la desvencijada tumba de su hijo, se arrodilló en tierra y le pidió perdón.
El suelo se resquebrajó silenciosamente entonces, de las profundidades surgió una mano, sujetó la suya, y como jirones de niebla, ascendieron al cielo los espíritus del padre y del hijo.

LEYENDA DEL QUINTO SOL (una de las versiones)

El Primer Sol (Cuatro-Agua): Chalchiuhtlicue, diosa vestida de jade de las aguas aguas serenas, fue convencida por los dioses para que se elevara al cielo y se convirtiese en Sol. Entonces los dioses crearon hombrecitos con los huesos, pero era tan pequeño y escuálido que se les escapa de entre las manos. Éstos hombrecitos se la pasaban todo el tiempo corriendo, no adoraban a los dioses ni hacía sacrificios. Chalchiuhtlicue estalló de furia y llenó el mundo de agua. Los que sobrevivieron fueron devorados por los ocelotes y los que cayeron al agua en peces se convirtieron. Duró 676 años.
El Segundo Sol (Cuatro-Jaguar): Ésta vez los dioses le pidieron a Ocelotl (Dios Jaguar) que se convirtiera el sol. Los dioses crean un nuevo hombre a partir del barro, pero ahora enormes. Estos hombres fueron tan grandes que eran tan torpes y flojos que tropezaban unos con otros, y al caer se destrozaban formando las cadenas de montañas y con ello las flores. Ocelotl, enojado, desciende del cielo y con fuertes vientos convierte a los hombres sobrevivientes en aves. Duró 364 años.
El Tercer Sol (Cuatro-Viento): Por tercera vez, los Dioses deciden crear a otro hombre y le piden a Ehecatl (Dios del viento) que sea el Sol. Ahora decidieron crear al hombre con el alimento sagrado, el maíz. Les resultó tan perfecto el hombre creado que éste todo el día se veía en un espejo y no hacía nada, ni templos, ni sacrificios, nada. Los Dioses, furiosos, mandaron inundaciones y lluvia de fuego para que murieran quemados, los hombres sobrevivientes fueron convertidos en monos. Termina el Tercer Sol y la Tercera Vida, duró 364 años.
El Cuarto Sol: Cansados los Dioses deciden intentarlo nuevamente y le piden a Tláloc (Dios del agua y las inundaciones) que suba al cielo y se convierta en Sol. Los Dioses deciden en volver hacer al hombre de maíz, pues el último había quedado muy bien, pero ahora le dotaron de una cavidad para un corazón. El Dios que creó el corazón nunca vio el tamaño del hombre y lo hizo muy grande, y con mucho esfuerzo apenas logró que encajara. Pero éste nuevo hombre se la pasaba hablando, era muy bueno, pero demasiado improductivo. Muy enojados los Dioses hicieron caer torrenciales lluvias, y los sobrevivientes fueron convertidos en guajolotes. Ésta era duró 676 años.
Los frustrados Dioses decidieron nunca más volver a crear al humano. Y con esto nace La Leyenda del Quinto Sol.
Quetzalcóatl (Serpiente Emplumada) trató de convencer a los dioses en crear a un nuevo humano, pero ellos se negaron. Cuando Quetzalcóatl se va, los Dioses le piden a Mictlantecuhtli (Dios Humo, de las sombras, los muertos y regidor del inframundo) que esconda los huesos con los que crearon una vez al hombre en Mictlán. Al enterarse Quetzalcóatl desciende al inframundo para encontrarse con Mictlantecuhtli, y a él le pide los huesos pero con la condición de que hiciera sonar un caracol y diera cuatro vueltas alrededor de su círculo precioso. Quetzalcóatl, al tomar el caracol se percató de que no tiene agujeros, entonces él llama a los gusanos para que barrenaran el caracol e hiciera el agujero, luego allí entraron las abejas y lo hacen sonar mientras Quetzalcóatl da las vueltas alrededor del círculo precioso.
Mictlantecuhtli, al oírlo le da los huesos a Quetzalcóatl… pero no lo dejaría salir del inframundo, así que los servidores de Mictlantecuhtli recibieron la orden de cavar un hoyo y en el cayó Quetzalcóatl, muerto en el fondo del hoyo y con los huesos esparcidos, las codornices comieron su cadáver y royeron los huesos.
Quetzalcóatl resucitó, y con ayuda de su gemelo Xólotl (El Animal, señor de la estrella de la tarde), toma los huesos roídos, sobre los huesos hizo sangrar su pene, Quilaztli (anciana Diosa Princesa de la Tierra y Vía Láctea, su rugir indica la guerra) los coloca en un barreño y los molió con la sangre de Quetzalcóatl.
Quetzalcóatl regaló a los dos nuevos humanos el maíz, él tenía que sembrar y cosechar, ella moler y cocinar el maíz.
El quinto sol, la era del movimiento, morirá, según predicciones de la mitología maya, cuando aparecieran los monstruos del oeste en el 2012. Katum, “tiempo del no tiempo”, iniciado el 11 de julio de 1991, da inicio un pequeño ciclo que pondrá fin a nuestro quinto sol con el eclipse de solar pronosticado por los antiguos mayas.

LEYENDA DE LA LUNA Y EL LOBO

En un tiempo sin tiempo, cerca de uno de los principios, la luna era siempre redonda y lejana, atada detrás del cielo y colgada de la nada entre vacíos. Miraba el mundo a sus pies coronada de plata y olvido. Y estaba bien mirando en la distancia. Pero una noche, distraída, se acercó demasiado a la Tierra y se le enredaron los dedos en las ramas de un árbol. Cayó de pie sobre la hierba y de repente le salió al paso una sombra oscura: pelo crespo, ojos negros y una sonrisa lobuna. Cabriolas de luz de luna enmarañada de lobo jugando entre arbustos y colinas. Aullidos y risas y rumor de estrellas entre las hojas. Pero todo lo que empieza acaba y el lobo volvió al bosque y la luna al cielo. Cuenta la leyenda que antes de separarse, la luna le robó al lobo su sombra para vestirse de noche el rostro y recordar el aroma de bosque. Y que desde entonces el lobo le aúlla a la luna llena que le devuelva su sombra...

viernes, 19 de noviembre de 2010

LEYENDA DE LOS CUATRO DRAGONES

Hace mucho tiempo, cuando no había ríos ni lagos en la Tierra sino solamente el mar del Este, habitaban en él cuatro dragones: el Gran Dragón, el Dragón Amarillo, el Dragón Negro y el Dragón Perlado.
Un día, los cuatro dragones volaron desde el mar hacia el cielo, en donde comenzaron a jugar con las nubes. De pronto uno de los dragones dijo a los demás “¡Vengan rápido a ver esto, por favor!” "¿Qué sucede?” preguntaron al unísono los otros tres, mirando hacia donde apuntaba el Dragón Perlado. Abajo, en la Tierra, se veía una multitud ofrendando panes y frutas y quemando incienso. Entre el gentío se destacaba una anciana de cabellos blancos, arrodillada en el suelo con un niño pequeño atado a su espalda. Ella rezaba: “Dios de los Cielos, por favor, envíanos pronto la lluvia para que tengamos arroz para nuestros niños”.
Y es que no había llovido por largo tiempo. Los cultivos se secaban, la hierba estaba amarilla y la tierra se resquebrajaba bajo el sol ardiente. "¡Cuán pobre es esta gente!” dijo el Dragón Amarillo, “y morirán si no llueve pronto”.El Gran Dragón asintió. Entonces propuso "Vayamos a rogarle al Emperador de Jade para que haga llover”.Dicho lo cual dio un salto y desapareció entre las nubes. Los demás lo siguieron de cerca y todos volaron hacia el Palacio del Cielo.
El Emperador de Jade era muy poderoso, pues estaba a cargo de los asuntos del cielo y de la tierra. Al emperador no le agradó ver a los dragones llegar a toda velocidad. "¿Qué hacen aquí? ¿Por qué no se comportan como es debido y se quedan en el mar? El Gran Dragón se adelantó y dijo: “Los cultivos de la Tierra se secan y mueren, su majestad. Le ruego que envíe pronto la lluvia”. “Muy bien. Primero vuelvan al mar y mañana enviaré la lluvia”, dijo el emperador. Los cuatro dragones le agradecieron y regresaron muy alegres.
Pero pasaron diez días y ni una sola gota de agua cayó del cielo. La gente sufría más, algunos comían raíces, algunos comían arcilla, cuando ya no hubo más raíces. Viendo esto, los dragones se pusieron muy tristes, pues sabían que el Emperador de Jade sólo se preocupaba por su propio placer y nunca se tomaba a la gente en serio. Sólo ellos cuatro podían ayudar a la gente, pero ¿cómo hacerlo? Mirando hacia el vasto océano, el Gran Dragón dijo tener la solución. "¿De qué se trata? ¡Habla ya!” dijeron los otros tres."Miren. ¿No hay muchísima agua en el mar en donde vivimos? Podríamos tomarla y arrojarla hacia el cielo, entonces caería como si fuera lluvia y se salvarían la gente y sus cultivos” dijo el Gran Dragón. “¡Buena idea!” dijeron los demás aplaudiendo.“Pero”, advirtió el Gran Dragón, “si el emperador se entera nos castigará”."Haría cualquier cosa con tal de ayudar a la gente” dijo el Dragón Amarillo. "Entonces comencemos. De seguro no nos arrepentiremos” dijo el Gran Dragón. El Dragón Negro y el Perlado no se quedaron atrás y volaron hacia el mar para llenar sus bocas de agua, que luego soltaron sobre la Tierra.
Los cuatro dragones iban y venían y el cielo se oscureció de tanta actividad. No pasó mucho rato hasta que el agua del mar estaba derramándose en forma de lluvia sobre toda la Tierra."¡Llueve, llueve! ¡Los cultivos se salvarán!” toda la gente saltaba y gritaba de alegría. Las espigas de trigo y el sorgo se enderezaron.
El Dios del Mar descubrió lo que estaba sucediendo e informó al emperador. "¿Cómo se atreven los cuatro dragones a dar lluvia sin mi permiso?” El Emperador de Jade estaba furioso y ordenó a las tropas del cielo que apresaran a los dragones. Los dragones, en evidente inferioridad numérica, no pudieron defenderse y pronto fueron arrestados y llevados al Palacio del Cielo."Ve y pon cuatro montañas sobre los cuatro dragones, para que nunca más puedan escapar” ordenó el emperador al Dios de las Montañas. Este uso su magia para que cuatro grandes montañas aparecieran volando y cayeran sobre los cuatro dragones.
Aún así, los dragones nunca se arrepintieron de sus actos. Decididos a ayudar a la gente por toda la eternidad, se convirtieron en cuatro ríos, que corrieron atravesando las montañas y los valles, cruzando el territorio de oeste a este para llegar finalmente a su hogar, el mar. Y así se formaron los cuatro grandes ríos de China: el Heilongjian (Dragón Negro) en el norte, el Huanghe (Río Amarillo) en el centro, el Changjiang (Yangtze, o Gran Río) en el sur y el Zhujiang (Perlado) mucho más al sur.

LEYENDA DEL FELINO


Cuenta la leyenda que, en el momento de la Creación, todos los animales puestos en fila, y cada uno a su turno, le pedían a Dios el atributo que más querían. El pavo real deseaba belleza; la gacela, rapidez; el león, coraje; el caballo, gracia; y así cada uno hizo su pedido. El gato, que era el último de la fila, escuchó bien todos los pedidos, y cuando llegó su turno pidió un poco de cada uno de esos atributos, sin dejar de lado ninguno.
Esta es la causa por la que el gato se convirtió en uno de los animales más perfectos.

LEYENDA DEL DRAGON Y EL AVE FENIX

Cuando todavía las aguas no estaban controladas y los ríos en su desborde arrasaban los campos, la diosa madre procreó benéficos descendientes que terminaron ordenando ese caos diluvial. Trabajando en el control de los ríos, de los lagos, del mar y de las nubes, los brillantes dragones navegaron por las aguas y el cielo. Con zarpas de tigre y garras de águila, rasgaban con estruendo las cortinas de lo alto que chispeando ante el descomunal embate dejaban en libertad a las lluvias. Ellos dieron cauce a los ríos, contención a los lagos y profundidad a los mares. Hicieron cavernas de las que brotaba el agua y por conductos subterráneos las llevaron muy lejos para que surgieran de pronto, sin que el asalto abrasador del sol las detuviera. Trazaron las líneas que se ven en las montañas para que la energía de la tierra fluyera, equilibrando la salud de ese cuerpo gigantesco. Y muy frecuentemente tuvieron que luchar con las obstrucciones que provocaban los dioses y los hombres ocupados en sus irresponsables afanes. De sus fauces brotaba como un humo la niebla, vivificante y húmeda, creadora de mundos irreales. Con sus escamosos cuerpos serpentinos cortaban las tempestades y dividían los tifones. Con sus poderosos cuernos; con sus afilados dientes, ningún obstáculo era suficiente, ningún enredo podía permanecer. Y gustaban de aparecerse a los mortales. A veces en los sueños, a veces en las grutas, a veces en el borde de los lagos, porque en éstos solían tener sus escondidas moradas de cristal en las que bellos jardines se ornaban con frutos destellantes y con las piedras más preciosas. El Long inmortal, el dragón celeste, siempre puso su actividad (su Yang) al servicio del Tao y el Tao lo reconoció permitiéndole estar en todas las cosas, desde lo más grande a lo más pequeño, desde el gran universo hasta la partícula insignificante. Todo ha vivido gracias al Long. Nada ha permanecido inmutable salvo el Tao innombrable, porque aún el Tao nombrable muda y se transforma gracias a la actividad del Long. Y ni aún los que creen en el Cielo y el Infierno pueden asegurar su permanencia. Pero el Long ama al Feng, al ave Fénix que concentra el germen de las cosas, que contrae aquello que el Long estira. Y cuando el Long y el Feng se equilibran el Tao resplandece como una perla bañada en la luz más pura. No lucha el Long con el Feng porque se aman, se buscan haciendo resplandecer la perla. Por ello, el sabio arregla su vida conforme al equilibrio entre el Dragón y el Fénix que son las imágenes de los sagrados principios del Yang y el Ying. El sabio se emplaza en el lugar vacío buscando el equilibrio. El sabio comprende que la no-acción genera la acción y que la acción genera la no-acción. Que el corazón de los vivientes y las aguas del mar, que el día y la noche, que el invierno y el verano, se suceden en el ritmo que para ellos marca el Tao. Al fin de esta edad, cuando el universo haya llegado a su gran estiramiento, volverá a contraerse como piedra que cae. Todo, hasta el tiempo, se invertirá volviendo al principio. El Dragón y el Fénix se reencontrarán. El Yang y el Ying se compenetrarán, y será tan grande su atracción que absorberán todo en el germen vacío del Tao. El cielo es alto, la tierra es baja; con esto están determinados lo creativo y lo receptivo... con esto se revelan los cambios y las transformaciones. Pero nadie puede saber realmente cómo han sido ni cómo serán las cosas, y si alguien lo supiera no podría explicarlo. El que sabe que no sabe es el más grande; el que pretende que sabe pero no sabe, tiene la mente enferma. El que reconoce la mente enferma como que está enferma, no tiene la mente enferma. El sabio no tiene la mente enferma porque reconoce a la mente enferma como la mente enferma.

LEYENDA DEL AMOR ENTRE EL SOL Y LA LUNA

Cuando el Sol y la Luna se encontraron por primera vez, se apasionaron perdidamente y a partir de ahí comenzaron a vivir un gran amor.
Sucede que el mundo aun no existía y el día  que Dios decidió crearlo, les dio entonces un toque  final... ¡El brillo!
 
Quedó decidido también que el Sol iluminaría el día y que la Luna iluminaría la noche, siendo así, estarían obligados a vivir separados.
 
Les invadió una gran tristeza  y cuando se dieron cuenta de que nunca más se encontrarían, LA Luna  fue quedándose cada vez más angustiada. A pesar del brillo dado por Dios,  fue tornándose Solitaria.
 
EL Sol a su vez, había ganado un título de nobleza "Astro Rey", pero eso tampoco le hizo feliz.
 
Dios, viendo esto, les llamó y les explicó: - No debéis  estar tristes, ambos ahora  poseéis un brillo propio. Tú, Luna, iluminarás las noches frías y calientes, encantarás a los enamorados y serás frecuentemente protagonista de hermosas poesías. En cuanto a ti, Sol, sustentarás ese título porque serás el más importante de los astros, iluminarás la tierra durante el día, proporcionaras calor al ser humano y tu simple presencia hará a las personas más felices.
 
La Luna se entristeció mucho más con su terrible destino y lloró amargamente... y el Sol, al verla sufrir tanto, decidió que no podría dejar abatirse más, ya que tendría que darle fuerzas y ayudarle a aceptar lo que Dios había decidido.
 
Aún así, su preocupación era tan grande que resolvió hacer un pedido especial a Él: - Señor, ayuda a la Luna por favor,  es más frágil que yo, no soportará la soledad...
 
Y Dios...en su inmensa bondad... creo entonces las estrellas para hacer compañía a la Luna.
 
La Luna siempre que está muy triste recurre a las estrellas, que hacen de todo para consolarla, pero casi nunca lo consiguen.
 
Hoy, ambos viven así... separados, el Sol finge que es feliz, y la Luna no consigue disimular su tristeza.
 
El Sol arde de pasión por la Luna y ella vive en las tinieblas de su añoranza. Dicen que la orden de Dios era que la Luna debería de ser siempre llena y luminosa, pero no lo consiguió.... porque es mujer, y una mujer tiene fases.
 
Cuando es feliz, consigue ser Llena, pero cuando es infeliz es menguante y cuando es menguante ni siquiera es posible apreciar su brillo.
 
Luna y Sol siguen su destino. El, solitario pero fuerte; ella, acompañada de estrellas, pero débil.
 
Los hombres intentan, constantemente, conquistarla, como si eso fuese posible. Algunos han ido incluso hasta ella, pero han vuelto siempre solos. Nadie jamás consiguió traerla hasta la tierra, nadie, realmente, consiguió conquistarla, por más que lo intentaron.
Sucede que Dios decidió que ningún amor en este mundo fuese del todo imposible, ni siquiera el de la Luna y el del  Sol... Fue entonces que Él creó el eclipse.
 
Hoy Sol y Luna viven esperando ese instante,  esos raros momentos que les fueron concedidos y que tanto cuesta, sucedan.
 
Cuando mires al cielo, a partir de ahora, y veas que el Sol cubre la Luna, es porque se acuesta sobre ella y comienzan a amarse. Es a ese acto de amor al que se le dio el nombre de eclipse.
 
Es importante recordar que el brillo de su éxtasis es tan grande que se aconseja no mirar al cielo en ese momento, tus ojos pueden cegarse al ver tanto amor.
 
Tu ya sabías que en la tierra existían Sol y Luna... y también que existe el eclipse.... pero esta es la parte de la historia que tu no conocías.

LEYENDA DEL UNICORNIO

Muchos años atrás, cuando el mundo era aun muy joven, salvajes y maravillosas criaturas corrían libres por todas partes. El mas hermoso de todos ellos era el Unicornio. Constantemente perseguido por los poderes mágicos de su cuerno, el Unicornio no era fácil de capturar. No solo era suave y gentil, sino también extremadamente rápido, seguro y agraciado, lo que frustraba hasta los más expertos cazadores. Pero lo que aseguraba la captura segura del Unicornio, era la ayuda de una joven e inocente moza. Pues a la criatura le atraía su pureza, se acercaba confiado y descansaba su cabeza en las piernas de la joven. Era así como la indefensa y despreocupada criatura era capturada. Y de esta manera,después desaparecieron todos los Unicornios. ¡Oh, el mundo ahora lamenta la perdida de este ser tán mágico! Y ahora que es demasiado tarde, aun extrañamos su belleza.

LEYENDA DE LA ROSA NEGRA


En tiempos de la Edad Media, los habitantes de un pueblo de Inglaterra, sentían en sus cuerpos el temor por alguien que sólo veían salir cuando la luna despertaba. Entre la gente del pueblo se decía que era un vampiro. Vivía solo a las afueras del pueblo, en una residencia parecida a un castillo, la cual abandonaba cuando el sol se ocultaba tras el horizonte. Bajaba al pueblo y rondaba sus calles, plazas y posadas a pesar de que existía el llamado toque de queda debido a este ser. Un día, una viajera se detuvo a descansar en ese pueblo a las faldas de la residencia del vampiro, y por tal que era visitante ignoraba que existía un toque de queda por las noches y que estaba prohibido rondar las calles cuando el sol había caído.
Una noche, como otras tantas había hecho, salió a caminar para conocer el pueblo. Con un estruendo nocturno, sus pasos retumbaban en las paredes de las casas. Para su sorpresa, notó que las calles estaban abandonadas por completo. En ese momento, vio una silueta que se desplazaba a lo lejos y le dio alcance para intentar averiguar el por qué de la soledad en las calles.
El vampiro se sorprendió de ver una persona que no le temía y le preguntó a la viajera que si no tenía miedo de que él le fuera a hacer daño, a lo cual la viajera le contestó que no tenía por qué ya que no le conocía de nada y que las personas de ese pueblo habían sido muy amables con ella. Así que no tenía nada que temer. El vampiro sonrió y la invitó a que lo acompañara a dar su acostumbrado recorrido por las calles, lagos y plazas. Así pasaron la noche, el ser supremo se sintió alagado de la compañía de esa hermosa dama y le explicó el por qué las calles estaban vacías a cierta hora de la noche. La viajera se sorprendió al escuchar la razón por la cual la persona que estaba con ella era protagonista pero no le importó pues no creía en la existencia de seres llamados vampiros o no muertos, puesto que no había visto nunca ninguno.
La noche siguiente nuevamente se vieron para seguir con su bella charla y para que el ser supremo siguiera contemplando y conquistando la belleza de esa mujer. Al enterarse los hombres del pueblo, dieron aviso a la viajera que existía un toque de queda en ese lugar y que conforme a la ley no tenía que salir por las noches. La viajera explicó que había conocido a un caballero que cada noche rondaba el pueblo y que no tenían nada que temer. Entonces, las personas del pueblo, cegados por la ira, decidieron acabar con este ser ya que pensaban que la mataría y así decidieron protegerla.
Llegada la noche, esperaron al vampiro en el centro, en la plaza del ayuntamiento, ya que sabían que regresaría a por la bella dama, su amada. La viajera se sentía indignada ya que pensaba que por su culpa esa persona perdería la vida y ella también se había enamorado de él. Cuando el vampiro llegó al pueblo se escuchaban gritos y alarde. El vampiro se extrañó ya que a esa hora no tendría que haber nadie en las calles, por lo cual se dirigió al lugar de donde provenían tales improperios y griterío llevándose una gran sorpresa, ya que las personas que allí habitaban tenían en sus manos antorchas y armas, maderas y crucifijos, para acabar con él.
El vampiro alcanzó a huir; entre el griterío alcanzó a escuchar la voz de la viajera que le decía que demostrara que él no era quienes ellos pensaban. Al entrar en su residencia notó en la parte central de su jardín (del cual nunca había brotado una sola flor), una rosa roja. Al recordar que ese era un símbolo de amor para los humanos la tomó con su mano derecha y la arrancó de un tajo enterrándose las espinas y haciendo brotar inmediatamente su sangre, la cual fue absorbida por la rosa tornándose así negra. El vampiro no concebía lo que estaban observando sus ojos y supuso que su maldad había salido de su ser tornando la rosa negra. Se dirigió hacia el pueblo con la rosa en su mano para demostrarles que en él ya no existía la maldad y se la entregó de obsequio a la viajera deseándole con ésta la muerte para que se convirtiera también ella en un ser supremo y así estar juntos para la eternidad.